Cien vecinos, la mitad del pueblo, salieron a la calle para disfrutar de la inauguración oficial de la Peña Valencianista Sot de Ferrer.ANDRÉS GARCÍA «¡Es una alegría para un pueblecito tan pequeñito como este tener la suerte que nos visiten jugadores del Valencia. Para nosotros es una fiesta!», decía el alcalde de Sot de Ferrer, Josep Antoni. Todavía falta una semana para el sorteo de Navidad, pero Sot ya es feliz porque le ha tocado el premio más grande. ¡La visita del Valencia! «Como si nos hubiera tocado el ´Gordo´», decía Teresa Maicas, la presidenta. No era para menos. En esta entrañable localidad castellonense están censados 465 habitantes, pero sólo viven, como aquel que dice, cerca de 200. Pues bueno, hasta un centenar de aficionados, la mitad del pueblo, se echó a la calle ayer para disfrutar de la inauguración oficial de la Peña Valencianista Sot de Ferrer.
Un acontecimiento que contó con la presencia de Tino Costa y Vicente como padrinos y que nadie va a olvidar. En el Bar Tema, la sede de los peñistas, ya están buscando sitio en las paredes, entre bufandas y banderas del Valencia, para colgar las fotos de un día inolvidable. Del día que todos los vecinos recibieron al Valencia en su casa. Del día que tocó el ´Gordo´ en el pueblo. No repartió miles de euros, pero sí millones de sonrisas entre los jóvenes y también entre los mayores. Como Carlos. Él también luchó durante años para que este día se convirtiera en realidad.
La fiesta comenzó con retraso, pero valía la pena esperar. «¡Si hemos esperado años, no vamos a esperar una horita más!». Pues claro. El entrenamiento vespertino y el Consejo habían alterado el horario. «¡Mejor, más rato!, decía una niña. No le hacía tanta gracia a su madre. «¿Y el cole mañana, qué?». Pasadas las 21:15 horas, llegaban los futbolistas y el Bar Tema se quedaba pequeño. Lo primero fueron las fotografías y la firma de autógrafos. Se acumulaba el trabajo para Tino y Vicente. ¡Ni el el Camp Nou! Todos querían un recuerdo. «Fírmame por favor Tino, y aquí para mi hermano y aquí para mi primo», decía un jovencisimo peñista. Se fue con los tres y, lo más importante, con una sonrisa de oreja a oreja. Era el rostro de felicidad de todos los vecinos de Sot de Ferrer.
¿Y que mejor que compartir esos momentos de alegría con vino y productos de la tierra? Era la combinación perfecta. «El embutido es de aquí, del pueblo, probadlo, probadlo», insistían. Por primera vez en la historia, queso, morcilla, chorizo y el jabalí —producto estrella del pueblo— se quedaban en un segundo plano. Hasta el calvario de San Antonio estaba vacío por un momento. Casi media hora despueés, Vicente y Tino se levantaban de la mesa para la fotorafía oficial junto a los directivos de la peña de Sot y los de l´Agrupació, encabezada por Blas Madrigal. Era el turno del intercambio de regalos. Regalazos, mejor dicho. Y es que, Teresa tenía guardada una sorpresa para la comitiva blanquinegra. A cada una de ellos les regaló una cesta de mimbre con aceites de la comarca, mermeladas caseras, nueces del pueblo y todo tipo de productos caseros. Todo un lujo. Como el castillo de fuegos de artificiales que prepararon en la plaza del pueblo. La fiesta acabó con una cena en el restaurante El Millán, a la que acudieron Giner y Bruixola. Era el final del otro Gordo de Navidad. El de la ilusión.Fuente: superdeporte.es
